CARTEL DE LA VUELTA
Todo llega y todo pasa...
Faltaban varios meses cuando con toda la ilusión del mundo, afrontabamos el hecho de preparar la 2ª vuelta en moto a la provincia, y ahora, ya ha pasado. Nuestra segunda vuelta mototuristica a la provincia de Castellón, ya es historia, pero historia de la buena, de la que gusta recordar, y la que nos unirá para siempre.
El hecho es que hemos pasado un fin de semana genial, divertido, en "familia" -una familia cada vez más amplia-, repleto de curvas y kilómetros, a rebosar de amistad y buen rollo, y como no, de buena comida.
Todo empezaba en el Rte. Puerto Playa, el viernes por la noche, cuando nos encontramos con Juan Carlos y Miguel, que venían de Madrid; y con Ramón y MOntse, que venían de Lérida. Con ellos cayeron las primeras cervezas, y trazamos los planes definitivos para los dos días siguientes.
La mañana del Sábado amanecía clara y despejada, posándose con calma sobre las tranquilas aguas de nuestro adorado Mediterraneo.
Inscripciones, reparto de bolsas y rapidamente dimos cuenta del suculento almuerzo que Enrique, como si de nuestro padre se tratara, había preparado con cariño.
Tras el primer atracón, acometimos el primer tramo de nuestra vuelta que iba a llevarnos, a través del incomparable marco que ofrece las carretera que serpentéa entre los imponentes desfiladeros del Alto Mijares y que nos iba a llevar hasta Montanejos.
Desde allí, de curva en curva -y tiro por que me toca-, hasta Zucaina, Lucena y Alcora, para seguir hacia San Juan de Moró, donde se encuentra el fin de la primera etapa, en el Rte. La Trobada, donde llegamos guiados por el aroma de la carne recién hecha, y por supuesto, donde dimos cuenta de ella.
La tarde nos sorprendió camino de San Mateo donde llegamos con la noche. Primero al hotel y luego a la plaza, para dar cuenta de los carajillo de rigor y conocernos algo mejor.
En el hotel, la cena como siempre insuperable, aunque no solo por las viandas que se iban sucediendo con armoniosa cadencia, sino que sobre todo por los que compartimos la mesa, como una gran familia.
Por la mañana, desayuno y carretera, para afrontar el último tramo de la vuelta.
Con ganas afrontamos una tras otra las curvas que nos llevaron de Cabanes a Oropesa y luego por los curvilineos trazos de nuestro querido Desierto de las Palmas, donde ofrecimos a nuestros invitados las mejores vistas de nuestro incomparable paisaje.
Antes de comer, hicimos hambre en la Plaza del Mar, rodeados de un delicioso ambiente marinero. Allí nos despedimos de nuestros amigos de Madrid, Juan Carlos y Miguel, con firmes deseos de volvernos a reunir.
La paella (deliciosa, por cierto) nos esperaba en nuestro querido Puerto Playa, donde Enrique (Dani de Vito para los amigos) se metió perfectamente en su papel de anfitrión, haciendo que nos sintieramos como en nuestra casa.
Tras los postres y viendo que se estaba nublando el cielo por el horizonte, los amigos de Zaragoza pusieron rumbo a casa invitándonos a sus concentraciones, seguidos por Ramón y Montse, que a lomos de su Vulcan pariteron hacia Lérida; todos ellos con nuestros mejores deseos.
Ahora, en este punto, puedo reflexionar y tener la certeza de que el año que viene firmaría para que todo fuera como ha ido este fin de semana, en el que la familia del Motorrà, se ha hecho un poco más grande.
Muchas gracias a todos.

Roger
Presidente del Motorrá Castelló.

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